Probablemente la Navidad sea una de las mejores épocas para descubrir el encanto de las bellas ciudades alemanas. Te las mostramos a través de sus mercadillos navideños.
Desde principios de diciembre, los mercadillos invaden las calles y plazas del centro de las ciudades para contagiar a lugareños y visitantes el espíritu de la Navidad. Los villancicos de los coros y músicos ambulantes se confunden con el repicar de las campanas, los aromas de los típicos dulces navideños se mezclan con el olor a cera e incienso y la iluminación navideña compite en atractivo con los ornamentos artesanales típicos de estas fechas.
En este tiempo de Adviento, cuando las calles, edificios y comercios se visten con las típicas decoraciones, cuando los instrumentos de viento y los conciertos de música inundan las iglesias y delante del ayuntamiento se coloca el tradicional árbol de Navidad, la verdadera estrella siguen siendo los mercadillos y sus animados puestos, convertidos en los más románticos e invernales rincones de la ciudad. En Alemania hay muchos por descubrir.
Stuttgart
En Navidad Stuttgarthuele a canela y vainilla, sobre todo en su gran Mercado, donde no faltan delicias culinarias como las castañas asadas, el Lebkuchen (un dulce navideño típico en Alemania), las almendras garrapiñadas, las especialidades regionales, el Hutzelbrot (pan de fruta y frutos secos), las salchichas asadas o el tradicional Glühwein(vino caliente con especias). Es uno de los mercados más antiguos, más grandes y más bonitos de Europa. Cuenta con más de 250 puestos bellamente decorados y todos los festivos de Adviento se ofrecen conciertos en el patio interior del antiguo palacio.
Francfort
Su mercado navideño se cuenta entre los más antiguos (desde 1393) y los más bellos de su estilo, y atrae todos los años a más de tres millones de visitantes de todo el mundo. Los 200 puestos emplazados en Römerberg, Paulsplatz y Mainkai ofrecen artesanía y delicias navideñas. Un variado programa de conciertos, la música de instrumentos de metal desde la galería de la iglesia de San Nicolás y el carillón que rodea el árbol de Navidad de 30 metros de alto alegran el corazón de cualquiera.
Múnich
En torno a la Marienplatz hay que recorrer el tradicional “mercadillo muniqués del Niño Jesús”, el Kripperlmarkt (mercadillo de Belenes) es famoso por ser uno de los mayores del mundo y en el Krampuslauf (desfile de diablos) cobran vida las costumbres bávaras. En una visita guiada lo aprenderás todo sobre “Kletznbrot und Fatschnkindl” (dulces navideños), y tampoco puede faltar una visita al barrio de los artistas de Schwabing, con más de 1.200 años de antigüedad.
Dortmund
Desde hace más de 100 años, el mercadillo de Navidad de Dortmund despierta la ilusión por la fiesta más hermosa del año. El mayor árbol de Navidad del mundo, con sus miles de luces, baña su entorno de un brillo festivo. Más de 300 puestos ofrecen todo lo imaginable. En el pueblo de la Navidad, los niños pueden fabricar sus propios regalos y hacer pastas.
Núremberg
Esta singular ciudad ofrece distintas experiencias y romanticismo en estado puro. Tienen gran atractivo los conciertos que se celebran en las iglesias, la tradicional muestra de belenes en la iglesia barroca de San Egidio y en la Spitalgasse, la exposición de históricos puestos en el Ayuntamiento, la Navidad infantil en la Hans-Sachs-Platz y la Sternenhaus en el monasterio Katharinenkloster, el mercadillo de las ciudades hermanadas en la plaza del Ayuntamiento, los trabajos manuales en el patio de los artesanos, la procesión de luces hacia el castillo, los cines de Navidad o los paseos en coche de caballos.
Erfurt
Cuando suenan las melodías navideñas y se propaga el aroma de vino caliente y dulces especiados la plaza de la catedral brilla con la luz del abeto navideño de 25 metros de altura. Justo en medio se encuentra el Belén, con 14 figuras de madera tallada de tamaño casi natural, y el bosque de cuento. La pirámide navideña de 12 metros, con las figuras propias de los Montes Metálicos, presenta a personalidades de la historia de Erfurt, mientras los papás Noel y los angelitos guían al visitante a través del histórico casco antiguo.
Dresde
En el Striezelmarkt de Dresde cobran vida tradiciones que se remontan hasta el año 1434. El mercado debe su nombre al Christstollen, bollo fermentado de Navidad original de Dresde, antiguamente llamado Striezel. Todos los años se le dedica la Stollenfest, un enorme desfile festivo donde un enorme Stollen de casi cuatro toneladas desfila por las calles desde el Zwinger, pasando por la Semperoper, la Hofkirche y la Frauenkirche hasta el mercado Striezelmarkt, donde se corta y reparte a todos los presentes. Todo un acontecimiento culinario.
El centro de atención del mercadillo es la pirámide navideña de 14 metros, alrededor de la que se celebra una competición de música vocal navideña.
